¿Quién no conoce o por lo menos ha escuchado hablar de la famosa casa azul de Coyoacán en la Ciudad de México? El hogar de Frida Kahlo, ubicada en la calle Londres 247, se convirtió en museo desde 1958 y desde entonces recibe miles de visitantes diariamente, curiosos por adentrarse al mundo de la pintora mexicana.
Una casa preciosa con cuartos enormes, una cocina muy pintoresca, un hermoso jardín muy bien cuidado; al parecer todo está intacto como lo tenía el matrimonio Rivera Kahlo.
Es emocionante recorrer cada uno de los lugares donde vivieron su romance Diego y Frida, en las paredes están pegadas frases famosas de Kahlo: “Pies, para que los quiero si tengo alas para volar” es imposible que no se te ponga la piel “chinita” al leer esas frases y ver la silla, cama y todos los aparatos ortopédicos que usó la pintora durante su enfermedad.
Al salir al jardín, la música de Chabela Vargas se escucha e inmediatamente uno se me imagina las buenas bohemias que hubo en esos rincones, donde la guitarra y el tequila eran los principales invitados.
En medio del jardín hay una pirámide donde aún conservan piezas de una colección precolombina del matrimonio; durante el mes de octubre estuvo en Nueva York una réplica en el Botanical Garden dentro de la muestra: Frida Kahlo Arte, Jardín y Vida.
Si aún no has visitado este museo, la próxima vez que estés en el CDMX te invito a conocerlo, es arte e historia de una pareja emblemática mexicana.