Por Cirenia Salazar
A mis manos llegó, quizá sin querer, el libro “Felipe el oscuro”, de la periodista Olga Wornat; quien vivió de cerca el sexenio del presidente Felipe Calderón, y sufrió graves amenazas tanto ella como su familia, para que no publicara este escrito. Ocho años después sale a luz, y a mí me surge la duda, ¿Porque ahora sí? ¿Quién la apoya?
Curiosamente, ese mismo día me llega la invitación a la presentación virtual del libro, con la periodista Carmen Aristegui, quién le hace una breve entrevista a la valiente escritora, y ahí despejé mis dudas.
Comenta que Felipe Zamora Castro, quien estaba a cargo de las investigaciones de dichas amenazas, le llamó discretamente para contarle que no venían por parte del narco, sino de Genero García Luna, quien ahora está preso en Estados Unidos; al día siguiente de la llamada, que parecía no ser intervenida, Zamora Castro, y el entonces secretario de gobernación, Francisco Blake Mora, tienen un accidente mortal, el Helicóptero es desplomado.
“Felipe Calderón nunca quiso que este libro se publicara. Quería doblegarme y desarticularme, y por eso mandó amenazarme con los sicarios de su gobierno, con el «superpolicía» que combatía al narcotráfico y los secuestros desde la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), un antro de la mafia. Me querían muerta. Tuvieron que pasar muchos años hasta que una fuente pudo confirmármelo. Después de la detención de García Luna en Estados Unidos, algunos se animaron a contarme lo que sabían, y lo que padecieron”.
Así es como inicia el prólogo de este libro, en el que asegura contar secretos, intrigas y traiciones, del sexenio al que llama “Más sangriento” en el que miles de periodistas eran amenazados y otros tantos muertos.
En 9 capítulos la escritora argentina habla de la investigación nula del incendio de la guardería ABC en Hermosillo Sonora, dirigida por la prima de Margarita Zavala, esposa del presidente, aunque al principio dijo que no la conocía, termino aceptándolo cuando sacaron a la luz una fotografía.
Un libro sustentado con entrevistas a personas cercanas al presidente, gente que lo conocía desde niño allá en su tierra natal, declaraciones de víctimas que algunas ya no están y otras que sobrevivieron a los hechos.
Relata casos de niñas centroamericanas, quienes decían eran protegidas de Zavala y traídas para vivir en casa de narcos, incluso cuestiona los dos accidentes aéreos en el que murieron primero Mouriño y después Blake, con solo 3 años de diferencia, ambos sin investigaciones posteriores.
Describe a un Calderón adicto al alcohol, que entró por la puerta trasera a los pinos, según dice, después de un proceso electoral dudoso, y que, al querer ganarse al pueblo mexicano, enfrenta sin ninguna estrategia política a los carteles del narcotráfico, logrando enfrentamientos y hechos sangrientos.
Un libro que aunque ya es pasado, y hoy día tenemos quizás otras telas que cortar e investigar, no deja de ser doloroso recordar esas épocas en las que no podíamos salir a la calle sin miedo, vivíamos en una eterna paranoia, checando las redes sociales para ver donde había bloqueos o balaceras, y evitar esas zonas, de preferencia no salíamos, incluso una temporada hasta toque de queda hubo, no podías andar después de las 7 de la noche porque iban a disparar a matar, ya que estabas violando una regla y seguramente serías del cártel contrario.
Irrumpían en fiestas y bares con balaceras, buscando “sabrá Dios a quien” o al “usted perdone lo confundimos” después de un plomazo en la cabeza, salíamos con muchísimos riesgos.
Reinaba el chapo, ese era el verdadero presidente, el que cuidaba; recuerdo una vez en un bar, nos dijeron que no podíamos salir antes de las 6 am porque el hijo del chapo andaba en la ciudad festejando su cumpleaños, y si desobedecías ordenes eras de los contrarios, ya te conté lo que podía pasar.
En otra ocasión, unos jóvenes vestidos de negro se le acercaron a mi vecina para ponerse a sus órdenes, que no tuviéramos miedo, ellos nos cuidaban, venían de parte del Sr Joaquín Guzmán y estaban para garantizar la paz del barrio.
¡Hombre que tranquilidad! porque ese señor sí cuidaba a los que no teníamos vela en el entierro, no como el cartel contrario, el que estaba encabezado por la familia de Martha Sahagún, ellos te mataban hasta porque estuviste en el lugar equivocado y viste sin querer lo que no debías.
Fueron años de angustia, y no quiere decir que hoy ya estamos viviendo en paz, no se trata de juzgar y comparar presidentes, porque seguro en todo sexenio hay algo interesante que contar, lo cierto es que esta es la historia del gobierno de Felipe Calderón, y la autora cuestiona ¿Cuál fue el legado que nos dejó Calderón? ¿Que hizo realmente bueno?
Con estas preguntas te invito a leer Felipe el Oscuro, seguramente ya lo encontrarás en todas las librerías del país.
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