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  • Nehemías Domínguez

¡Solo por mí!

Uno de los propósitos que todos hacemos año con año es sin duda: ¡ahora sí, seré más saludable y me voy a cuidar! Este año si me caso o de perdido consigo novi@ para el 14 de febrero




En estos tiempos que vivimos es común que debido a las restricciones evitemos salir en ciertas horas del día o realizar muchas de nuestras actividades. A decir de la practicidad para realizar muchas cosas desde casa, soy de la idea que una salidita al menos a comprar lo elemental me ayuda a cambiar un poco de ambiente.


Y es ahí, en una de esas salidas que justo en el área de frutas y verduras me reencontré en medio de esta pandemia con un montón de historias vividas, anécdotas, emociones, metas, logros y demás cosas que suelen proyectarse cuando disfrutas de comerte al mundo de una sola mordida que no has dejado de masticar aun con el paso de los años.


En un pasillo donde comúnmente las personas pasan alejadas y tan rápido como es posible, tres personas nos reencontramos, nos actualizamos a más de una década, amigos entrañables que aun en la distancia seguimos unidos.


Nuestras vidas se unieron en algún punto de cruce, a partir de ahí la amistad se germino y rego todos los días de diferentes maneras: con experiencias, aventuras, desventuras y demás anécdotas. El tiempo paso, siendo los planes y proyectos de vida quienes fueron tomando forma para dar paso a nuevos rumbos donde a pesar de ser tan estrecho el lazo que nos unía tomamos caminos diferentes, siempre en contacto virtualmente como hoy día.


Con la promesa de una reunión a próximos meses, seleccione las mejores verduras y frutas del área con el gusto de sabernos realizados, de entender que cada quien ha logrado las conquistas de aquello que anhelábamos tras batallas bien libradas. Evidentemente los años han dejado las huellas propias de la madurez, quizá físicamente o en la perspectiva de vida. Y mientras tomaba un terso durazno rojo con aroma penetrante que te incita a disfrutar de su sabor por la madurez propia de las frutas cuando están listas para degustarse, una afirmación se clavó en mis pensamientos: pese a los años, seguimos siendo comprometidos con nuestros sueños, metas y retos, trabajando todos los días por aquello que nos proponemos, sobre todo disfrutando cada instante con profundo agradecimiento a Dios.


Y es ahí, donde me nace la inquietud: que nos motiva todos los días a levantarnos, a ir en conquista del día que nos brinda una oportunidad más. Se acerca el 14 de febrero una fecha destinada a comercializar con el amor en cualquiera de sus tipos como solemos clasificar. La realidad es que nos preocupamos por buscar algo que manifieste el sentir hacia las personas que tenemos presentes, con las que estamos conviviendo. ¿Pero te has preguntado alguna vez que te vas a regalar tú?


Sin lugar a dudas, nos preocupamos por agradar a otros y no a nosotros. Vivimos de lo que damos y lo que recibimos, todo externamente mas no de los que somos capaces de entregarnos a nosotros mismos. Tan es así que, al día de hoy ese propósito de verte y sentirte mejor, de ir al gimnasio, bajar de peso, cuidarte y todo aquello que te propusiste el fin de año donde agradeciste a Dios por estar con tu familia y concluir un año más; un año que sin duda alguna fue de supervivencia, donde perdimos a un ser querido o aprendimos a adaptarnos a una realidad muy diferente a la que teníamos y podíamos demostrar más afectuosamente nuestros sentimientos y emociones.

El año marcado por una pandemia, misma que sigue presente en nuestro diario vivir, cuantas veces has agradecido hoy a Dios, a la vida, al universo por despertar y tener una oportunidad más, pese a lo que pueda aquejarte. Cuantas veces te has parado frente al espejo a cualquier hora y te has dado las gracias por existir, por resistir, por seguir en pie aun con el cansancio a cuesta que llevas derivado de las experiencias del día anterior que le llamas ayer, al que personalmente le nombro “vida”. Porque vivir es eso, disfrutar cada cosa diaria esperar un futuro que no sabes si vendrá, que cuando abras los ojos nuevamente te das cuenta que tienes otra oportunidad para realizar tus sueños, conquistar metas, planear aventuras, mejor aún sentirás el aire entrar a tus pulmones, el sol calentar tu piel, la necesidad de un vaso de agua, la alegría de verte al espejo y arreglarte para salir a conquistar tu mundo.


El más grande amor, la más grande amistad que sin duda debes tener presente todos los días contigo eres Tú, porque no importa cuántas personas te rodeen, nadie te conoce más que tú. Nadie te da ese consuelo y calma tus ansias como propiamente lo haces tú. Porque Tu, te mereces lo mejor del mundo y los mejores regalos debes dártelos a ti mismo. Por ti, ve y cumple tus propósitos de fin de año, ve y conquista al mundo, lo demás vendrá por añadidura. Convierte todos los días de tu vida en un 14 de febrero y no solo una vez al año, descubre la maravilla de dar todos los días a los demás aquello que te das primero a ti y entenderás que la felicidad no depende de los demás sino de ti, el amor no viene de otros proviene de ti, recuerda que el amor más puro y sin condición que hay en la vida proviene de nuestra madre y nosotros somos una extensión de ella, porque venimos de ella y no hay amor más grande que aquel demostrado a nosotros mismos.


Hazlo por ti, no para otros…solo por hoy: conquístate, conquístame, descúbrete, reinvéntate.




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